Las molduras de las paredes del restaurante Candela resumen bien la inspiración para su nuevo interiorismo: sus formas curvas representan los surcos que se crean en la tierra de cultivo al trabajarlas y sus colores rojizos tienen que ver con la tierra y con el vino que sale de ella. Inspirándose en los campos de Castilla y en la naturaleza y la calidad del producto que sirven, este local en Villaviciosa de Odón (Madrid) se ha convertido en un homenaje al mundo rural y la labranza, en “una vuelta a los orígenes” en la que, sin embargo, no falta una buena dosis de diseño contemporáneo y toques millennial.
Según explican desde Mika Moka Studio, encargadas de este proyecto, se ha logrado dar “un cambio radical a la estética y distribución del local” de 150 metros y dos plantas, que buscaba un cambio de imagen, reduciendo los metros de barra ganando más espacio para comensales.
Todo ello se ha hecho creando espacios diferenciados: la planta baja cuenta con zona de barra, cocina y comedor, mientras que el sótano están los aseos y una sala privada para eventos. Ambas zonas, eso sí, tienen en común “un ambiente de calma y sosiego” en el que mandan los colores tierra y el juego con texturas.
“Tanto los materiales como la paleta de colores que hemos utilizado en el interiorismo busca acentuar el concepto del que partimos, por ello la madera y colores tierra predominan en el diseño del espacio, colores terracotas, beige, marrones, naranjas y granates, con pequeños detalles en verde”, explican desde el estudio. Además de las molduras, se han incluido más elementos que evocan a la tierra como los arcos “una reminiscencia de las bodegas típicas de la zona de Salamanca donde la uva se fermenta en cuevas bajo tierra creando el vino”.
En cuanto a la iluminación, “algo vital por su la enorme vida tanto diurna como nocturna del local”, junto a la firma Marocha han creado tres luminarias de rafia, inspiradas en los aperos de labranza que se colgaban en los pajares de los pueblos.
Así evitaron focos sobre las mesas para que no crearan sombras incómodas. “Para ello, las lámparas están dispuestas por el espacio de forma aparentemente aleatoria dando protagonismo a las tres lamparas centrales que crean una luz tamizada”, cuentan.
